Tortugas marinas… ¿en Alaska?
Durante la 2022 Sea Turtle Week (Semana de la Tortuga marina 2022) nos ha llamado la atención este artículo, escrito por la “NOAA Fisheries Alaska Regional Office”. ¿Tortugas marinas en Alaska? ¿No hace demasiado frío, tan al norte?
Sí, efectivamente. Incluso en su costa más meridional hace mucho frío en las aguas de Alaska. Los registros de la temperatura del agua en Anchorage muestran que el mar alcanza -1°C en invierno. Sin embargo, en los meses de verano puede llegar a los 14°C.





Las tortugas marinas son reptiles y, como tales, no pueden regular su temperatura corporal como las aves o los mamíferos. Dependen de la temperatura ambiente, y por esta razón tienden a vivir en aguas temperadas a tropicales. En general, las tortugas marinas no pueden sobrevivir a temperaturas inferiores a 10°C, con la excepción de la increíble tortuga laúd. Esta especie no solamente es la mayor de las tortugas marinas, y la mejor adaptada al buceo, sino que también es capaz de “regular” su temperatura corporal hasta cierto punto, cuando lo necesita, manteniéndolo a más de 10°C sobre la temperatura del mar. Las tortugas laúd se han reportado nadando alrededor de masas de hielo en latitudes subárticas. ¿Cómo lo hacen?





Para empezar, un cuerpo grande permite mantener una mayor temperatura corporal, incluso en reposo. Las tortugas marinas grandes tienen una gran capacidad de almacenar calor interno, lo que significa que una vez que han conseguido calentar su cuerpo (estando un tiempo al sol o nadando enérgicamente, por ejemplo) pueden mantenerlo a buena temperatura más fácilmente.
Obviamente, la actividad (nadar y bucear) ayuda a aumentar la temperatura del cuerpo. De hecho, las tortugas verdes (la otra especie que más se ve en Alaska, junto a la tortuga laúd) son capaces de incrementar significativamente su temperatura con relación a la temperatura del agua a través de la natación: durante la actividad pueden aumentar su metabolismo hasta 10 veces sobre su metabolismo base.
Pero, además, las tortugas laúd cuentan con una gruesa capa de tejido adiposo (6-7cm) con grasa marrón, lo que reduce aún más el intercambio de calor con el agua. Y, sobre todo, son capaces de ajustar el flujo de la sangre entre el cuerpo y la piel y las aletas para una mejor regulación de la temperatura. Esto les permite mantenerse calientes en aguas frías, pero también evita que se sobrecalienten cuando nadan en aguas tropicales.
Así que, si estás planeando un viaje a Alaska o Terranova, ¿quizás deberías añadir la tortuga marina a la lista de especies para ver?
Si te interesa este tema y quieres saber más, te recomendamos que eches un vistazo a
Wallace & Jones, 2008 “What makes marine turtles go: a review of metabolic rates and their consequences”, en el Journal of Experimental Marine Biology and Ecology 356.