La langosta boxeadora: bonita pero letal
La protagonista de hoy es la galera o mantis marina (Odontodactylus scyllarus), un crustáceo marino distribuido en todo el océano Índico y Pacífico occidental.





Habita las zonas de escollos coralinos entre 3 y 40 metros de profundidad. Con un cuerpo de entre 3 y 18 cm de largo, está perfectamente adaptado a moverse por túneles y cavidades, siendo uno de los depredadores más mortíferos de su hábitat.
Mientras que los humanos sólo ven una franja de todo el espectro de luz que nos llega, las galeras ven des de la luz ultravioleta hasta la infrarroja e incluso la luz polarizada. Cada uno de sus ojos está subdividido en tres, lo que quiere decir que pueden ver un mismo objeto con tres formas diferentes y percibir la profundidad. Además, los dos ojos funcionan de forma independiente y pueden rotar hasta 70º. Resumiendo, tienen una de las mejores visiones del reino animal.
Mecanismos para un ataque mortal
Sumado a esta visión, la galera está muy bien armada. Sus apéndices anteriores están adaptados como si fuesen una masa con la que golpean a sus presas. Pueden llegar a aceleraciones de hasta 102.000 m/s2 y velocidades superiores a los 80 km por hora, el equivalente a la aceleración conseguida por un proyectil calibre 22. A causa de la rapidez del golpe se generan unas burbujas de cavitación entre el brazo y la superficie golpeada. El colapso de estas burbujas de cavitación produce fuerzas sobre su presa adicionales a las del propio golpe, de 1.500 newton, lo que significa que la presa es doblemente golpeada. Aunque el golpe inicial pudiera fallar, la onda de choque resultante puede ser suficiente para aturdir o incluso matar a sus presas. Las burbujas de cavitación generan durante una pequeña porción de tiempo una pequeña cantidad de luz y un pico de temperatura comparable a la de la superficie del sol, que se disipa rápidamente.
Échale un vistazo a este vídeo:
Si quieres saber más sobre su técnica de ataque consulta: S. N. Patek, W. L. Korff, and R. L. Caldwell (2004). «Deadly strike mechanism of a mantis shrimp». Nature 428: 819-820.