La importancia de estar preparado
Desafortunadamente, el pasado mes de febrero nos trajo dos noticias que pusieron de manifiesto la importancia de estar bien preparado cuando se trabaja en la recuperación de fauna marina – en este caso más concretamente de tortugas marinas.



La primera noticia llegaba de la isla de South Padre, en Texas, en cuyas costas muchas tortugas marinas pasan el invierno. La temperatura del mar en esa zona desciende rápidamente a finales del invierno, haciendo que algunas tortugas marinas, cuya temperatura corporal depende de la temperatura ambiente, lleguen a varar en las playas sin poder moverse, aturdidas por el frío (un proceso conocido en inglés como “cold-stunning”).
Este año, sin embargo, el descenso de las temperaturas en la costa fue extremo y muy, muy rápido: ¡de 25°C a 5°C en 4 días! Esto causó el mayor evento de cold-stunning de la historia. Si el 12 de febrero comenzaban a bajar las temperaturas, el 21 de febrero el principal centro de recuperación en el sur de Texas, Sea Turtle Inc., había recibido más de 5.000 tortugas. En todo el estado de Texas se rescataron cerca de 11.000 (principalmente tortugas verdes).
Afortunadamente, la red de varamientos de tortugas marinas de esa costa, junto con NOAA, tiene desarrollado un protocolo de respuesta frente a este tipo de eventos, lo que le facilitó (aunque todo se complicara por la falta de espacio y por cortes de electricidad durante días) una respuesta muy eficaz que les permitía ya en pocos días liberar a miles de tortugas recuperadas, una vez la temperatura del mar ascendía a niveles adecuados.



La segunda noticia llegaba de mucho más cerca: desde las costas de Israel, el 17 de febrero impactaba un grave derrame de petróleo de origen desconocido. El centro de recuperación nacional registró la llegada de 11 tortugas vivas cubiertas de petróleo, a las que trataron y limpiaron sin problema, todas tortugas bobas juveniles. En casos de derrames de hidrocarburos, sin embargo, experiencias previas parecen indicar que las tortugas no suelen llegar a las costas cuando son afectadas por el derrame, sino que se quedan en alta mar sin poder moverse. Por lo tanto, nunca se sabrá el impacto real de este derrame sobre la población de tortugas marinas en esas aguas.
Ambos casos ponen de manifiesto la importancia de desarrollar protocolos de respuesta ante eventos con una importante llegada de fauna marina afectada. Es evidente el peligro de derrames de hidrocarburos que existe en el mar Mediterráneo, a lo que se puede sumar el efecto del cambio climático, que podría multiplicar los eventos meteorológicos extremos, como el sucedido en Texas. Desde SUBMON, llevamos varios años formando parte de la Red Europea EUROWA de respuesta ante fauna petroleada, y actualmente estamos desarrollando, junto a personal de Royal NIOZ, Sea Alarm y WWF Finlandia, un protocolo de respuesta ante eventos con tortugas marinas petroleadas en Europa, dentro del proyecto EUROWA-2.