Cuando las orcas son de dos patas…





Dentro del grupo de los cetáceos con dientes (odontocetos) el cachalote es el más grande, el mayor depredador que nunca ha existido y tiene un único depredador natural… la orca. Los grupos de cachalotes tienen técnicas para evitar que las orcas los ataquen, cierran filas alrededor de sus crías o de los individuos más débiles a los que defienden con golpes de su aleta caudal.
A mediados del siglo XIX los capitanes baleneros dirigieron sus naves hacia el Pacífico Norte donde empezaron a cazar cachalotes A estos grandes cetáceos, con grandes cerebros, muy bien adaptados al medio en el que viven y con estructuras sociales complejas, les apareció casi de la nada un nuevo depredador. Grandes veleros llegaban a la zona y desplegaban un ejército de pequeñas embarcaciones a remo que se acercaban y los arponeaban hasta matarlos. Después los acercaban al barco nodriza y los procesaban, carne, huesos … y sobre todo aceite.





Los capitanes de estos barcos, aparte de dirigir las naves hacia las zonas más propicias para encontrar ballenas de diferentes especies también tenían un control muy exhaustivo sobre la actividad de navegación y captura diaria que apuntaban en sus cuadernos de bitácora. El estudio de la información recogida en estos cuadernos ahora digitalizados y accesibles, está demostrando ser una fuente de información muy valiosa para que los investigadores entiendan mejor cómo se produjo esta explotación comercial a gran escala que puso en peligro muchas especies de grandes cetáceos, pero también está sirviendo para descubrir muchas cosas sobre la biología y el comportamiento de estos animales …. y ha servido también para responder a una de las grandes preguntas… si estos cachalotes eran tan inteligentes (tienen el cerebro más grande del planeta) porque se quedaban como si nada esperando a que los mataran? La respuesta es sencilla: No lo hacían.
A mediados del mes de marzo de 2021 se publicó un estudio donde tras analizar 77,749 operaciones balleneras de los cuadernos de bitácora se vio que la eficacia de arponear cachalotes una vez avistados se redujo un 58% en sólo 2,4 años … que estaba pasando?. Los modelos que aplica el estudio apuntan a que los cachalotes aprendieron de esta nueva amenaza, la información sobre lo que les estaba pasando se compartía colectivamente entre los grupos de cachalotes y les permitió realizar cambios vitales en su comportamiento evitando así la acción del nuevo depredador. Entre estos cambios hay relatos de los mismos balleneros que escriben sobre métodos defensivos que los cachalotes adoptaban: comunicar el peligro dentro del grupo social, atacar tanto barcos como las pequeñas barcas a remos (Melville y su Ahab tenían razón) y también nadar en contra del viento dificultando así la llegada a la zona tanto de los barcos a vela como de las barcas a remos … consiguieron reducir la acción de estas nuevas «orcas» de dos patas en la medida de lo que pudieron … ¿hasta cuándo? … hasta que apareció el señor Svend Foyn que en 1870 inventó el cañón arponero, accesorio letal montado en las proas de los también nuevos barcos de vapor … que maniobraban hasta dónde y cómo querían … pero esto ya es otra historia.




